Desde los años 80, cuando los edificios empezaron a ser más complejos (en materia de sistemas estructurales, servicios, energía y tecnología), el campo de la arquitectura empezó a ser multidisciplinar, ya que surgieron las especializaciones para cada tipo de proyecto, los conocimientos tecnológicos y el método de entrega del proyecto.

Además, cada vez hay menos comunicación entre el arquitecto de diseño y el arquitecto de proyecto, que garantiza que el proyecto cumple con los estándares y acuerdos necesarios en materia de responsabilidad.

Los procesos de preparación del diseño de cualquier edificio grande se han vuelto bastante más complicados y es necesario que se realicen estudios preliminares sobre ciertos aspectos como la durabilidad, la sostenibilidad, la calidad, el presupuesto y el cumplimiento de las leyes locales.